Las mujeres y el vino

Esta es una pequeña reseña que sobre el papel de la mujer en la viticultura me pidieron para la revista que dedicaba su número a los caldos de nuestra tierra. La familia de mi madre se dedicó a la producción del vino en el Monte, en Gran Canaria, así que sabía de primera mano como se desenvolvían en ese mundo tan masculino...


"Me contaba mi madre que ninguna mujer (ni dueñas ni empleadas) podía entrar en la bodega, y mucho menos durante “esos días”. Los hombres decían que se “picaba” el vino, y así se creyó y se cumplió a rajatabla durante mucho tiempo.

 En el lagar, los pies desnudos de los jornaleros o de los parientes, trituraban la uva. Eran ellos quienes podaban, azufraban o despampanaban los racimos, quienes vendimiaban y quienes elaboraban los caldos según las distintas variedades para lograr unos intensos tintos, unos afrutados blancos, los rosados tradicionales y los imprescindibles dulces. Finalmente, los degustaban dentro de su universo esencialmente masculino, dividiendo así los roles y desperdiciando el potencial femenino que ya es una realidad en el mundo de la enología de nuestra época actual.

 Para ellas, para nosotras, se reservaba la aplicación del producto final en nuestras cocinas y en el bienestar de la familia. Le daban al vino un uso medicinal (con una puntita de azufre para los problemas de garganta, o mezclando el dulce con aceite de ricino para los malestares de estómago), pero también lo empleaban en muchas de sus recetas, a las que no les faltaba un generoso chorrito, además de fortalecer a los niños con un poco de moscatel y la yema de un huevo. La mesa la presidía una jarra, y aquí la abuela nunca dejaba de tomarse un vasito de vino en las comidas.

Ha sido a mediados del siglo XX cuando la mujer comienza a acercarse al vino de forma profesional y cada vez más, como consumidora. Aparecen las primeras enólogas y viticultoras y, por supuesto, las someliers, descubriendo en este campo la ventaja femenina frente a los hombres al tener los sentidos más desarrollados, quizá, ante los siglos de observación y de silencio. Actualmente la mujer, en el mercado del vino ya es un objetivo de las campañas de marketing, no obstante, una parte muy importante se vende en el supermercado y ¿A qué no adivinan quien hace la compra habitualmente?

 Ahora, en el mundo complejo y lleno de sensaciones del vino nosotras “pisamos” fuerte. Entre las herramientas para conocer su historia y sus potencialidades está internet, y también la constatación de que hay un largo camino por recorrer al comprobar que al escribir en el buscador “el vino y las mujeres”, aparece como tema recurrente la letra de una popular canción de Manolo Escobar. ¿La recuerdan? ¡Viva el vino y las mujeres!"


Nuria Magrans para Mass Cultura Marzo de 2008

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