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Mostrando entradas de noviembre, 2009

razones (o no) para venir a Lanzarote

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Justo hace un año me pidieron una pequeña lista que después quedó reflejada en la revista de una forma muy curiosa: cada razón aparecía en una esquina de la página en el número de Diciembre de Mass Cultura. En ella hablé de las cosas que me gustan a mi y a miles de personas. Quizás ahora la relación sería distinta, no sé... Una cosa es segura, la isla sigue siendo esencialmente bella. "Porque está en el mapa, tiene un aeropuerto mejorable pero funcional, en su puerto caben 2 ó 3 barcos grandes y porque se promociona en las agencias de viaje. Pero también merece venir para encandilarse con su luz, sorprenderse con sus contornos, impresionarse con sus contrastes. Permite estar en ella los días suficientes para recorrer sus vericuetos, aunque nació chinija para ser más acogedora e ir de norte a sur antes de que se ponga el Sol, y aprovechar así el espectáculo constante de sus amanecidas y de sus atardeceres. Cerca de sus costas, siempre el mar, y las casitas blancas con puertas

BAR LA RIVERA

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Y de nuevo amigos. Cada viernes, desde hace ya varios años nos reunimos en el Charco con nuestros hijos y con nuestra vida. La Rivera nos hace sentir como en casa. Que menos que incluirlo en la lista de bares con encanto... "Para poder disfrutar de sus tapas, no hace falta ir muy lejos, al menos si usted reside en Arrecife. Hasta hace bien poco, había sitio para aparcar el coche de sobra. Y es que este rincón ha experimentado, como tantas otras zonas de la capital, distintas remodelaciones que han conseguido ir eliminando plazas de aparcamiento en beneficio del peatón ¿Y de los parkings privados? Tendrá usted que acercarse a las orillas del Charco de San Ginés y allí encontrará, entre el Ginory y el Leito de Proa, la casa de Pepe o la de su hijo Fran. Ellos no viven allí, pero casi. El nombre del establecimiento no tiene ciencia: “La Rivera”, sólo porque ahí se encuentra, siendo testigo de primerísima fila de las subidas y bajadas de la marea y del desfile de persona

NO HAY BAR PÁ TANTA GENTE

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Se trata, naturalmente, del Tambo. Mass Cultura quiso hacer un especial dedicado a los locales mas interesantes de la isla. En mi caso, este barito me ha dado muchos momentos inolvidables (o quizás sí, dependiendo del número de cubatas). Además, Checha es un amigo, así como sus clientes, que me contaron muchas anéctodas, algunas impublicables. "Allí, al relente, en la esquina del Tambo, todos parecemos felices. Checha se afana en cuidarnos para que los más pesados, nos portemos bien. Muchos de nosotros nos conocemos y a otros los incorporo a los recuerdos de mi epidermis tras un buen rato de estar piel con piel. Ese sería definitivamente uno de sus encantos: sus escasos metros cuadrados, que aglutinan a personas encantadas de verse.  Es, sin duda, el Tambo, con nombre de chiringuito uruguayo , un inequívoco punto de encuentro para gentes que comparten generación, gusto musical e inquietudes artísticas, pero también es visitado por los que están de paso. Eso incluye a no poc

¡Quien te ha visto y quien te ve! Puerto Naos: una historia olvidada

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Sí, tengo suerte de vivir aquí, tan cerca del mar. Impagable salir o llegar a casa. Cada mañana Puerto Naos me regala un espectáculo diferente. Cuando lo miro, pienso que allí nació la ciudad, fue su principal motor económico. Ahora hay proyectos ¿Se eternizaran como suele ser habitual? Este es un texto con el que me emocioné mucho... "Cuenta la historia que el puerto fue refugio de piratas y que a su abrigo se instalaron los primeros pobladores, ávidos de encontrar el modo de huir de los rugidos inexplicables que emanaban hace más de dos siglos de las entrañas de la tierra. Fue testigo también de asaltos y batallas, y acogió una intensa vida militar que coexistía con los que se ganaban la vida aprovechando el trajín de tantas idas y venidas. La necesidad de comunicación y el intercambio de víveres hicieron el resto. Pronto, la cala de Puerto Naos se convirtió en el corazón mismo de la nueva y pujante capital de la isla. Allí atracaron, rumbosos, entre muchos, “sirena”, “rosit