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Mostrando entradas de octubre, 2009

Crónica de un encuentro anunciado

Tengo muy gratos recuerdos de este acto al que asistí hace ya unos meses en la nueva sede de la Fundación César Manrique en Arrecife. Se me ocurrió redactar lo que me inspiraba guiada por mi profunda admiración al maestro Saramago, despues de conocer la hermosa historia, literaria y cruel, que unió en la isla a los dos personajes. Uno, autor de novelas, otro, víctima durante años del secuestro por parte de la guerrilla colombiana “Toda mi existencia de hombre y de escritor queda justificada por ese momento. Gracias, Sigifredo” Sigifredo lo miraba con arrobo, intensamente: “Gracias a usted, maestro, por su ejemplo de vida, reflejado en su obra”. A José Saramago le costaba hablar, en parte por su bronquitis, sobre todo por su emoción no contenida. El verdadero encuentro tuvo que producirse unas horas antes, quizás unos días antes. Sin micrófonos, sin cámaras, en el calor de su casa de Tías. Me imagino las lágrimas, los abrazos, las manos… Miles de kilómetros, conquistador y conquistado,

Todos los desiertos tiene su oasis

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Disfruté mucho haciendo este pequeño artículo. Acaba de salir publicado en el último número de Mass Cultura. La conversación con Perdomo fue muy aleccionadora ¡Cuanta gente válida hay en esta tierra! Echo de menos un poco de radio para conversar... “Huertos urbanos y flores, flores, entonces. Genial! En La Vega, aquí al ladico de la oficina, hay dos calles de viviendas sociales con unos jardinitos preciosos . Unas buganvillas a reventar de bonitas. Luego, están los parques míticos de Arrecife y fijarse en los árboles que hay en las calles... y en los que no hay y podría haber .” Así comenzó el encargo. ¿Huertos y flores en Arrecife? Cuando nació la ciudad lo hizo con vocación marinera y sin prácticamente nada de agua dulce . Allí vivían desde siempre las plantitas nuestras adaptadas a las condiciones del litoral, hasta que el desarrollo y la bonanza las fueron sepultando, desterrando y arrinconando para convertir a la capital en una copia aburrida que repite los adornos floral