motivo de orgullo

Este fue un texto encargado por el colectivo "Lánzate" que incluyeron en la exposición que organizaron en la Biblioteca Insular con motivo del dia del orgullo. Pasen y vean...




"Cuando yo era pequeña, en mi universo de educación franquista, no existían las lesbianas. Estaban las “marimacho”, mujeres masculinizadas, poco femeninas, siempre solteras y con el semblante oscurecido, quizás porque arrastraban la pesada carga de los deseos clandestinos. Después escuché alguna vez la palabra “tortillera” en contraposición al término “maricón”, pero se decía bajito, a lo mejor por el miedo a no contagiarnos de esta tendencia extraña que cuando te afectaba te marginaba irremediablemente del círculo social en el que respirabas. La iglesia católica, dueña también del sistema, decidió sobre nuestra conducta moral imponiendo castigos severos a quienes utilizaran el sexo más allá de la procreación, porque mientras trabajabas de sol a sol para alimentar a tu prole, no tendrías tiempo de usurpar su inmenso poder, accediendo, por ejemplo, a la educación.

Sin embargo, a pesar de la losa histórica que pesaba, y mucho, sobre la memoria colectiva, las cosas fueron cambiando. Llegó la democracia, nos convertimos (con muchas dificultades) en un estado laico y comienzan a respetarse las libertades individuales y colectivas. Se liberaron los medios de comunicación, y quedó en evidencia la verguenza de esconder tantos deseos y tantos amores tras siglos de hipocresía y represión.

Aparecieron los programas en la tele que hablaban de sexo, y nos mostraron sus distintas variantes. Lo que siempre estuvo ahí se “normaliza”. Se acuña la expresión “salir del armario” y vimos sus rostros: eran nuestros vecinos, nuestras compañeras de trabajo, nuestros ídolos, nuestros hijos....

En 30 años, España ha conseguido ser lider en el mundo en respetar los derechos de todos. Para ampliar esos derechos ya es completamente legal que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio y tener hijos. Recuerdo la gran alegría que supuso la aprobación de la ley en el congreso, y los ojos de emoción de los que representaban a millones de seres humanos que sufrieron en su psique y en su piel el estigma de querer y desear a un igual-igual, y no poder ir abrazados por la calle.

Pero en este y en otros terrenos, la humanidad tiene que seguir trabajando. Desterrar los armarios, liberar las conciencias, igualarnos a todos pero respetando nuestra capacidad de escoger cómo y con quien queremos compartir nuestra cama o nuestra vida.

Mi hija, en edad escolar, convive con naturalidad entre parejas de amigos heterosexuales y homosexuales, a los que quiere y respeta, y por supuesto, sabe que existen las lesbianas, y le parece bien Eso es, sin duda, un gran motivo de orgullo."

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