el espiritu de César

De nuevo Mass Cultura. La primera vez que entré en la ermita me quedé fascinada por su originalidad. Pequeña, sencilla, acogedora, distinta... Luego lo entendí mejor cuando me contaron que era la única obra eclesiástica del artista. Siempre creí que necesitaba un reportaje, pero en este caso quise imaginarme como la concibió y me puse en su piel. ¡Estaría bien ser por un día Cesar Manrique!

EL ESPIRITU DE CESAR
pequeño viaje por la ermita de Máguez

“Estoy convencido de vivir en la isla más bonita del mundo, así que debemos conservar lo nuestro, lo que nos hace únicos. Estuve hablando estos días con D. José* y lo tenemos todo listo para la permuta de los terrenos. Nada de copiar otros estilos, hay que construir la ermita nueva inspirada en la antigua, y creo que podremos aprovechar la puerta de entrada para dar acceso al patio contiguo. Sí, seguro que quedará bien. Tengo que contar con Jesús* para ver como lo hacemos esta vez. Habrá que convencer a los vecinos para que mantengan las tradiciones, Pepín* me ha dicho, y yo lo corroboro, que los turistas se vuelven locos cuando descubren nuestros paisajes y nuestra arquitectura, y es que estando en Nueva York (tan lejos de mi Famara) lo tuve claro: lo moderno es aliarse con el entorno. Me basta con utilizar los materiales que tengo a mi alrededor, nada como la lava para dar un volumen ligero al retablo que pienso instalar al fondo. El altar mayor resultará perfecto con piedra de Toba, y allí estará, en forma de V, simplificando el espacio...”
“Así no, tiene que quedar más alto. A ver, Severo*, empecemos de nuevo. Jesús*, afina esa esquina, y lo rehacemos todas las veces que haga falta. Tengo que llamar a Juan* para ver como marchan mis encargos, haremos el Sagrario y el Cristo. Quiero que sean de barro. ¡El Cristo de la espiga!, inspirado en los trigales de Guatiza.... Sí, así será. Y no pondremos focos a la vista. Las hornacinas tendrán iluminación indirecta. Todo va tomando forma...
¡Que radiante estaba el campo hoy cuando subía hacia Haría! Algún día me gustaría vivir cerca de ese espléndido palmeral. En Máguez las papas están casi a punto y en España las cosas están cambiando tanto... Pero mi Lanzarote es especial y quiero que todos se den cuenta. Les animaré a que aprendan que lo hermoso ya lo tenemos, sólo nos falta adornarlo, albearlo, mimarlo. Así se acrecentará el orgullo de ser isleño. La ermita quedará fantástica, y yo he tenido la suerte de dejar mi impronta”
La actual ermita de Máguez (Haría, Lanzarote) se construyó en 1974 en unos cercanos nuevos terrenos para hacerla más amplia. Fue la única obra eclesiástica del artista César Manrique y una de sus primeras y originales intervenciones en Lanzarote y quizás, de las más desconocidas. Cuando entré en ella por primera vez, sentí muy vivo su espíritu creativo y quise ponerme en su piel (sin duda, un atrevimiento por mi parte, teniendo en cuenta que nunca le conocí y que pertenecíamos a universos diferentes). Aunque dejé correr la imaginación, el relato está basado en acontecimientos y personas reales con información cedida tanto por la Fundación César Manrique como por el responsable de patrimonio del ayuntamiento de Haría. Como dato curioso les contaré que al principio, el trabajo de César no fue del todo entendido ante tanta “modernidad” por los vecinos de Máguez, cosa del todo lógica en aquellos años y en aquella profunda sociedad rural. El Cristo de la Espiga (llamado así porque tiene una grabada en su paño) nunca lució en la nueva ermita. Fue elaborado en barro (según me cuentan es el único que existe en Canarias con estas características) por el ceramista Juan Brito, gracias al encargo de Manrique. La figura, al parecer, no resultó muy agraciada y fue prestada gustosamente a los vecinos de Las Breñas hasta que éstos tuvieron el suyo, devolviéndolo enseguidita al Norte. Como nadie lo quiso, guarda polvo y soledad en el Museo de Arte Sacro de Haría.
César Manrique es el claro ejemplo de una persona llena de creatividad que decidió tomar siempre la iniciativa para sacar adelante sus proyectos y sus sueños. Bebió de la cultura popular y necesitó aliarse con el poder, pero todo su arte, en forma de homenaje, fue devuelto al pueblo, exactamente de donde nacía. Terminó sus días viviendo cerca del palmeral, y a lo mejor, tan alto, allí reposa su espíritu...

*José Lavandera, párroco de Haría en aquellos años, hombre muy cercano al pueblo
*Jesús Soto, artista lanzaroteño, mano derecha de César en sus grandes proyectos de intervención paisajistica
*José Ramírez, presidente del cabildo insular y amigo desde la infancia de Manrique. Dió carta blanca a su genio creador
*Severo Villalba y Jesús Fontes, dos de los obreros que trabajaron en aquella obra y que con mucha paciencia fueron rehaciendo varias veces distintos elementos, por culpa del ímpetu perfeccionista que le caracterizaba
*Juan Brito, artesano, ceramista, creo que un libro abierto de las cosas nuestras


Nuria Magrans para Mass Cultura Febrero 2009

Comentarios

Entradas populares de este blog

TEGUISE, MON AMOUR

rosa rosae: mi primera declinación