Cultura sin Mass

Reflexiones culturales al celebrar el primer cumpleaños de Mass Cultura. Así fue como quedó



En este número que celebra nuestro primer aniversario me preguntaron: ¿Qué es para ti la cultura? Y sin duda, me quedé pensativa, tal y como me imagino que nos pasaría a cada uno de nosotros ante la complejidad de la cuestión. Se me ocurrió consultar con la Real Academia Española, tan puesta ella en dar brillo y esplendor a nuestra lengua, y lo resolvió de esta manera: “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.” o también:”conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. Así es, cuanto más sé, más capacidad adquiero para elegir o para rechazar, para conocer el mundo que nos rodea, para entender otras formas de pensar, para evolucionar en relación con mis antepasados, los homínidos. La palabra cultura procede del latín, que le daba el significado de cultivo, crianza. Y esa sería una labor individual, que coexistiría con el empeño del sistema educativo de igualarnos a todos en el conocimiento rutinario de las materias regladas, salvo las excepciones que nos ofrecen los docentes vocacionales, creadores de pensamiento en las mentes aun jóvenes dando así opciones para poner en marcha su huerto particular. En ese proceso de cultivar, debe haber un ingrediente tan necesario como el agua para los vegetales, la curiosidad. Eran cultos los que, desarrollando el ingenio consiguieron sacar fruto de la tierra quemada, los que ejercitando la memoria aprendieron la fuerza de los vientos, el efecto de las mareas y el lenguaje de la naturaleza con quien se aliaron. También los que, dando rinda suelta a su talento, nos ofrecieron la belleza con sus manos, con su oído y con su cerebro. El abono podría ser: escuchar con atención. Cultas las abuelas sabias, forjadas en el cuidado silencioso de la familia a la que había que alimentar con trabajo pero dando las claves necesarias para desenvolvernos en la vida con pocos tropiezos. Esos niños poco habladores, grandes observadores de los movimientos de ajedrez que tejían los adultos a su alrededor o los que preguntaban constantemente sólo para obtener respuestas y respuestas… Por último, la necesidad de sol, las ganas de aprender. Vale cualquier cosa, en realidad es sólo por el placer de saber. La cultura es el modo de expresarnos como seres individuales y únicos, pero también formando parte de un colectivo que encuentra un punto de confluencia y que nos hace sentirnos orgullosos de nuestra especie. Es, precisamente, lo que nos diferencia y lo que nos une. Y a veces resulta peligroso que esté tan cerca del poder, porque nos nubla en ocasiones ese juicio crítico que nos hemos labrado aprendiendo, curioseando, o escuchando para convertimos en autómatas dirigidos por todo el peso implacable del dinero.
He conocido a licenciados y a analfabetos y he constatado que no es únicamente la escuela la única fuente del saber posible, el talento o el ingenio son innatos y la vida está llena de posibilidades para los autodidactas. Sin embargo, poner a nuestro alcance los conocimientos que atesora la humanidad tras milenios de superación debe ser una obligación moral de los gobiernos, aunque algunos, asustados ante el poder que entregan, promuevan la ignorancia como forma de control.
La cultura es un trabajo personal pero transferible y nos regala momentos de gran intensidad emocional. Vale la pena cultivarla.
Mariajo ¿Qué es la cultura? La cultura eres tú….


Nuria Magrans para Mass Cultura
Mayo 2008

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