El vino conejero agoniza
Ante tanto sinsentido, se dejan llenar las parras, se aburre a los viticultores, y se olvidan que la vid conforma en la isla un paisaje único en el mundo. Asi lo manifesté esta misma mañana en el informtivo, que sigue vivo y coleando...
"Quien haya probado los vinos de Lanzarote, enseguida entenderá la idiosincracia de este pueblo. Jóvenes pero robustos, frescos y alegres, trabajan pocas variedades pero consiguen ser los mejores. Las parras arañan hasta la última gota, que queda resguardada por el milagro del rofe.Los hombres y las mujeres del campo, cada mas más mayores y tristemente desmotivados, cuidan con mimo cada hoja, cada racimo. Despues, la vendimia, con familiares y amigos y el método ancestral de su elaboración artesanal. La isla aporta al mundo un método único: millones de ojos han retenido la fascinacion de un paisaje, La Geria, hecho exclusivamente con el esfuerzo que da la pura supervivencia. Pero nuestros viticultores están tristes, y preocupados, y desanimados.... Hay excedente y no hay propuestas, caen las ventas, el campo se abandona y se apaga y mientras se van pasando la pelota para que quede olvidada en alguna azotea, llena ya de otros balones que no quisieron o no supieron poner en juego.Esta noche se reune el sector, mientras brillan los racimos ya con ganas de ser cortados. Propongo un brindis: larga vida a la agricultura isleña."
"Quien haya probado los vinos de Lanzarote, enseguida entenderá la idiosincracia de este pueblo. Jóvenes pero robustos, frescos y alegres, trabajan pocas variedades pero consiguen ser los mejores. Las parras arañan hasta la última gota, que queda resguardada por el milagro del rofe.Los hombres y las mujeres del campo, cada mas más mayores y tristemente desmotivados, cuidan con mimo cada hoja, cada racimo. Despues, la vendimia, con familiares y amigos y el método ancestral de su elaboración artesanal. La isla aporta al mundo un método único: millones de ojos han retenido la fascinacion de un paisaje, La Geria, hecho exclusivamente con el esfuerzo que da la pura supervivencia. Pero nuestros viticultores están tristes, y preocupados, y desanimados.... Hay excedente y no hay propuestas, caen las ventas, el campo se abandona y se apaga y mientras se van pasando la pelota para que quede olvidada en alguna azotea, llena ya de otros balones que no quisieron o no supieron poner en juego.Esta noche se reune el sector, mientras brillan los racimos ya con ganas de ser cortados. Propongo un brindis: larga vida a la agricultura isleña."
Comentarios
Publicar un comentario