dulce pájaro de juventud

Me encanta el otoño. Llega junto con esta nueva entrega basada en la experiencia personal de las personas que me lo contaron. Yo lo vi así, dejándome guiar de nuevo por el deseo de dar sentido a nuestra existencia. Los años te machacan el cuerpo pero la edad solo está en nuestro corazón...







Han hecho visible lo invisible. La vida late en toda su plenitud más allá de los 60. Sus imágenes no aparecen en los anuncios publicitarios al menos así, con  sus verdaderas arrugas, con sus kilos ganados a base de cocido, con sus varices, con sus dientes viejos...

Pero existen, vaya que si existen. Ríen, mucho, a pesar de todo. Algunos se han convertido en la envidia del país. Han conseguido jubilarse tras más de 40 años en Puerta de Hierro, o después de 40 años como secretaria de dirección de una multinacional. o como empleado de banca ocupando durante 40 años todos los puestos de la entidad que no rozara la toma de decisiones. Les llegó la paga y la disfrutan, vaya si la disfrutan...

Para ellos, que se conocieron desde niños y solo vivieron un primer y único amor, las cosas no han sido fáciles, desde luego.

Una experimentó la maternidad a los 18 años con el primero de sus 3 hijos varones que llegaron seguidos para pedir comida y atenciones. Trabajo de criarlos sola y trabajo en la jungla rodeada de los humores cambiantes y de la ineficacia de los jefes y compañeros. Y así, tras tanto esfuerzo, aparece la sombra de la depresión, que vencen, la invalidez, que superan, y mientras los hijos estudian, trabajan, se independizan, ellos, ella y él, deciden ir a vivir junto al mar, dejando a la gran capital sólo como un camino de ida y vuelta. Uno, aunque quiera, no puede alejarse del todo de los suyos...

Una noche de amor loca con exceso de champán trajo a la otra 2 gemelas idénticas, igualitas en querer llorar al mismo tiempo.Horas de oficina, pañales y libros de texto,padres ancianos y la enfermedad temprana y devastadora. Intervenciones, tratamientos, hospitales convivieron con las bodas, los nietos, el pacharán y las partidas de mus. Y ahí están, riéndose del cáncer..

Son auténticos supervivientes Y hasta han perdido sus ahorros con las cooperativas y con las preferentes. Que ayudan a los vástagos, claro, que cuidan de los nietos, por supuesto, que han sufrido crisis e infidelidades, puede ser, pero se alzan con sus canas teñidas y sus prótesis relucientes.

Se regañan, mucho, pero no pueden vivir el uno sin el otro. Se levantan tarde, se conocen los mejores bares de tapas de la zona, aprovechan las ofertas, viajan, compran objetos inútiles, aprenden a manejar el wasap poniéndose así a la altura de los hijos y para, en el fondo, no perderlos de vista.

Bailan, aplauden, bromean, juegan, caminan... A veces lloran, pero se les pasa enseguida. Y hasta hacen el amor, seguro...

Han mantenido sus puestos de trabajo durante su dilatado periplo laboral en la misma empresa., con sus luces y sus sombras. Me parece que ya son los últimos de Filipinas.

Ahora gastan sin remordimiento, son un poco más libres, quieren aparcar la incertidumbre y no desperdician ni un momento. Sus descendientes se buscan solos la vida, gracias al cielo.

Saben, por experiencia, lo bueno que fue desterrar al despertador y recibir la recompensa por el esfuerzo realizado. Algo a lo que todos deberíamos tener derecho...

Larga y divertida vida a mis nuevos amigos y a cobrar, mientras se pueda, lo que es de uno ¡Que narices!

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