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TEGUISE, MON AMOUR

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  Parece mentira, pero vuelvo a tí. .. . Tenía una deuda pendiente con el pueblo que me acogió y me hizo  disfrutar haciendo radio de la de verdad. Pude conocerlo, sentirlo, y sin duda dejó en mí una huella imborrable... Fueron tres años mágicos en los que la sangre de la saga familiar latió fuerte en mis venas. Qué suerte de profesión la mía que me permitió contar una de piratas, de señores y vasallos, de penurias y de sortilegios, de catástrofes naturales y de supervivencia, de metamorfosis y de sueños creativos y, en fin, una historia de amor entre lo que representan las tradiciones y entre las gentes que se afanan cada día para sentir intacto el orgullo de su pueblo.  Cuentos de princesas unidas a sus conquistadores, de ríos de sangre inocente corriendo por el Callejón, de los diablos que aterrorizaban cuando llegaba el Corpus... Cuentos de camellos y de sed crónica, cuentos de la tierra y el mar, la sal y el sancocho, cuentos de timples, parrandas, bailes, teatro... Cuentos de am
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VACÍO Parecía imposible, pero vuelvo a tí... Lo hago con un texto nacido de las entrañas... Llegó el momento de vender la casa familiar y cerrar un capítulo importante de mi existencia... ¡Ha quedado el vacío! Desde ahora se escucha el eco de mi corazón... Toda una vida, o dos, o cinco... Cajas de fotos (cientos, miles), sus recortes de prensa, sus notas escolares, sus menús de cena, sus aficiones... Caras jóvenes, sonrientes, disfrazadas... Los abuelos, los abuelos de los abuelos, los tíos, los primos y yo, reconociéndome en todos y en cada uno. Bolsas llenas y habitaciones vacías, sólo con el eco de nuestras risas y de nuestros llantos, de miedos y de confianza, de música, de juegos, de sellos y de ganchillo...Queda la sombra de los porta retratos, de las flores, la sombra del diseño y del abandono y en esa penumbra relucimos todos sentados ante la mesa redonda y las sillas negras... El portal y la calle, vacíos de nosotros, perderán nuestros pasos y descubrirán

El grano de arena

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Podemos emocionarnos, sí, con la política ,  con la de verdad, con la que propone un sueño. Podemos imaginar que un cambio es posible , pero de verdad, de esos que llegan hasta los cimientos. Podemos desear que, de verdad, los ciudadanos tomemos el poder que ostentan sobre los partidos los dueños del dinero y diseñemos nuestra hoja de ruta. Ser más libres y más críticos, nada menos. Podemos soñar con invertir la pirámide. Si la base se mueve, caerá la cúspide. Hagamos un cuadrado perfecto de tareas compartidas . Podemos  recordar a nuestros padres votando a una  Constitución útil  pero que han sacralizado en exceso.Se queda corta o larga, da igual. Son leyes de derechos y obligaciones, de convivencia. No somos los de antes y por tanto la sociedad tampoco. . Y en eso estamos, adaptándonos. Podemos idealizar un mundo mejor, aún a sabiendas de las equivocaciones, tropiezos y engaños que esconden los discursos y las promesas . Se trata de insistir, de no desviarnos t

dulce pájaro de juventud

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Me encanta el otoño. Llega junto con esta nueva entrega basada en la experiencia personal de las personas que me lo contaron. Yo lo vi así, dejándome guiar de nuevo por el deseo de dar sentido a nuestra existencia. Los años te machacan el cuerpo pero la edad solo está en nuestro corazón... Han hecho visible lo invisible. La vida late en toda su plenitud más allá de los 60. Sus imágenes no aparecen en los anuncios publicitarios al menos así, con  sus verdaderas arrugas, con sus kilos ganados a base de cocido, con sus varices, con sus dientes viejos... Pero existen, vaya que si existen. Ríen, mucho, a pesar de todo. Algunos se han convertido en la envidia del país. Han conseguido jubilarse tras más de 40 años en Puerta de Hierro, o después de 40 años como secretaria de dirección de una multinacional. o como empleado de banca ocupando durante 40 años todos los puestos de la entidad que no rozara la toma de decisiones . Les llegó la paga y la disfrutan, vaya si la d

yo confieso

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De vuelta con la primavera. Será que tantas noticias sobre el nuevo papa Francisco me ha puesto un poco mística y me reclino ante todos para divagar entre las letras... Estoy en la hora en la que el jazz me envuelve, acogedor, entre sus notas. La música logra poner a mi alma en zapatillas de punta y recorro las emociones más profundas, el mundo se detiene... y pienso. Yo confieso mi hartazgo. Hartazgo de no poner en mi vida toda la primavera que se estrena desafiante, y con ella las ganas de renacer. Hartazgo de mi presbicia y de mi desidia, de no poder ver con claridad el enfoque de mi futuro inmediato. Yo confieso mi decepción. Decepción con mayúsculas. No he sabido afrontar la crisis con ideas innovadoras para ganar dinero disfrutando como lo hacía mientras me pagaban, precisamente, por generar ideas. Decepción del sistema que desperdicia mi experiencia y que me retira anticipadamente, sin darme tiempo a imaginar mi vida sin contribución social. Y confieso mi renc

rosa rosae: mi primera declinación

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Las alcantarillas de los sentimientos...  En ellas se mezclan todos los desechos, todo lo secreto, la destilación misma de nuestra esencia. En ese submundo estoy, buscando respuestas. Parece mentira, mi madre ya no está y ahora me espera y me vigila a través del visillo de mis propios recuerdos... Me sabe mal que no me viera cumplir los 50 años, que no me viera reincorporarme a mi oficio de la comunicación y que heredé con tanta constancia, que no viera a mis hijos en la universidad y que no viera mis bodas de plata. Eso, a ella, no le importaba.  Siempre deseaba verme guapa, pintada, sonriendo . Me sabia querida, y eso le bastaba. Mi madre olvidó con su Alzheimer las devastadoras consecuencias de la crisis actual, aunque siempre estuvo ajena, conscientemente,  a las circunstancias políticas y económicas que le tocó en suerte a lo largo de sus muchos años. Rió y se deprimió a partes iguales durante la dictadura y también en la democracia, en ella prevalecían los sentimientos

La memoria vallada

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Le toca el turno de nuevo a este pedacito de mar y tierra que tanto amo. El cerramiento de Puerto Naos nos llamó la atención, así que decidí recordar a todos la importancia histórica y  sentimental de este enclave que me toca tan cerca... Segunda entrega para www.lanzaroteahora.es "¡Ay, que penita! Ahora tengo que alongar la cabeza para intuir la hermosura natural que hay detrás de los nuevos muros, modernos, eso si, pero grises, fríos, altos, demasiado altos... Puede ser que algunos olviden, puede ser que muchos no sepan, pero Puerto Naos fue, ha sido, el motivo fundamental de nuestra capitalidad. Allí, al socaire de una rivera que acogió a la mayor flota pesquera de Canarias, se instalaron cientos de familias que echaron raíces de agua salobre. Arrecife, joven, bulliciosa, alegre y desarreglada olía a sal y a conservas de pescado. Barrios enteros vivían de la mar cercana, de sus capturas, de sus fábricas, del intercambio de mercancías. Las gentes de los campo